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Hoy en día disponemos de un gran número de alimentos, naturales o comerciales, que difieren en cuanto al tipo de preparación, el porcentaje de agua, el tipo de ingredientes,etc.
¿Qué recomendar? ¿Cúales elegir?...
El gato ha modificado con el tiempo su conducta alimentaria. Nacido como un depredador solitario predominante nocturno, este formidable cazador de pequeñas presas como roedores y pájaros, era utilizado por los egipcios y otros pueblos de la antigüedad como defensor de las reservas alimentarias.
Con la adquisición de estatus de animal de compañía, su vida se desarrolla dentro de las paredes domésticas, sin necesidad de tener que procurarse alimenos. Aquí, por desgracia, se observa a menudo una alimentación alejada de las características etológicas del gato; en la naturaleza, el comportamiento depredador de pequeñas presas es la única manera de procurarse la comida. Pero de entre 15-20 intentos, solo algunos salen bien, eso significa hacer de 5 a 10 pequeñas comidas al día. El gato no es un perro pequeño que se deba alimentar dos veces al día, sino que es preferible darle de comer cinco o incluso más veces al día en pequeñas cantidades, eligiendo un alimento húmedo,seco o preparado en casa. El alimento seco, al ser menos apetecible, puede dejarse a disposición del gato, aunque esto depende de las características de su apetito.
ELECCIÓN DEL ALIMENTO
Hay cuatro características que debemos tener en cuenta a la hora de elegir un alimento:
Idoneidad nutricional y palatabilidad.
Un alimento debe ser completo y equilibrado, es decir, debe satisfacer las necesidades calóricas y al mismo tiempo debe cubrir las necesidades de todos los nutrientes.
Además, el alimento debe ser apetecible para el animal. Esta característica debe ser revisada constantemente a lo largo del tiempo, sin dejar este aspecto en manos del propietario.
Contrariamente a lo que se piensa, los animales no son capaces de regular el aporte de nutrientes, sino que comen para satisfacer sus necesidades enérgicas, por eso nuestro papel es fundamental si queremos evitar carencias o excesos. Existe una gran diferencia entre la palatabilidad y la idoneidad nutricional, y que no debe dejarse influir por las decisiones del animal ya que el animal no elige el mejor alimento o el más equilibrado.
Digestividad y absorción de nutrientes.
La digestividad de un alimento también es importante, ya que está estrechamente relacionada tanto con el porcentaje de nutrientes realmente absorbidos, por tanto disponibles, como con el bienestar general del animal. Un alimento que no sea digestible o se digiera mal puede provocar fermentaciones excesivas, con producción de gas y aumento del peristaltismo intestinal, lo que da lugar a heces mal formadas o incluso diarrea. Un alimento digestible, en cambio, produce un pequeño volumen de heces, formadas y compactas, sin moco ni sangre. La frecuencia de evacuación no es excesiva será de 1-2 veces al día y los movimientos intestinales son regulares y constantes.
Con el tiempo, podemos y debemos reconsiderar la elección del alimento mediante la evacuación de la piel y el pelo, el mantenimiento del peso corporal, la regularidad del crecimiento, etc...
Importancia del propietario.
La elección del alimento también depende del propietario, de sus expectativas, del tiempo del que dispone, de su predisposición o sus convicciones, etc. Tener presente este factor permite un mayor control sobre la comida ingerida y no dejar esa responsabilidad solo en manos el propietario.
CÓMO Y CUÁNTAS VECES ALIMENTAR
Este tema es muy importante, ya que a menudo prestamos mucha atención a qué comida dar a un animal pero no a cómo hacerlo, aunque la forma en que los alimentamos es fundamental para su salud y para una mejor convivencia.
La respuestas se darán teniendo en cuenta la fisiología, las características y los hábitos de nuestros amigos de cuatro patas. Debemos tener en cuenta que el gato es un depredador y que nunca pierde el instinto de caza, por lo que podemos servirnos de este instinto para hacer el acceso a la comida más complicado, utilizando juegos ya preparados o preparándolos el propietario mismo. Esto puede ser muy útil, especialmente para los animales con sobrepeso, con el fin de aumentar de forma natural su actividad.
CONDUCTA ALIMENTARIA DEL GATO
Desde un punto de vista social, la conducta alimentaria del gato no tiene un valor jerárquico; en un grupo de gatos el primero que llega come ( aunque siempre es mejor dividir la comida en varios cuencos), sin que se presenten comportamientos agresivos.
Los gatitos que han tenido dificultades para abastecerse de alimentos pueden manifestar una conducta de defensa de la comida cubriendo el cuenco con su cuerpo y alejando con la pata al vecino, aunque este es un acontecimiento raro.
EL GATO, ESE GRAN DESCONOCIDO
El menor conocimiento de las necesidades conductuales del gato lleva al dueño a interpretar sus demandas de manera errónea, cometiendo errores nutricionales incluso graves para la salud del animal. Un ejemplo es cuando el propietario vuelve a casa. El gato que a menudo ha estado solo durante muchas horas en una casa con poco o ningún enriquecimiento ambiental, corre hacia el dueño a su llegada y, frotándose entre sus piernas y maullando, lo invita a jugar con él. No obstante, esa petición a menudo se interpreta como una demanda de comida, reforzada por un sentimiento de culpa por haberlo dejado solo durante tanto tiempo.
A menudo, se premia al gato con alimentos "prohibidos" y el resultado es una menor actividad física y una petición reiterada de alimento cuando el dueño vuelve a casa, con la consiguiente tendencia a la obesidad. Frecuentemente el gato está sobrealimentado, con hiperfagia y ausencia de saciedad evidentes.
La dieta elegida también debe adaptarse a lo largo del día y dividirse en varias comidas. Muchos dueños está ausentes durante varias horas del día, por lo que un buen consejo es utilizar un dispensador automático que abra los comportamientos en momentos predeterminados.
Fuente: Nº 249 especiesPRO